Alejandro Pidello | 4 Poemas


 
EL SILENCIO DEL DIABLO

Estas montañas
son de silencio cuando atraen la mirada
y chupan con fuerza vertiginosa pedazos de piel
y generan un viento atroz
sin ruido. Entonces
son un recuerdo de piedra penetrado de hilos de
agua.
Casi no hay verde. Sólo hay una bruma
reflejada por una sensación de polvo de granito
que a veces es gris o
rojizo.
Estas montañas dan amor y pánico porque guardan
secretamente el silencio.
El sol las recrea mansas cuando ellas
danzan ellas, aquellas
las queridas
etéreas y desnudas. Con olor de sexo y de
perfume. Y se mueven lentamente en los cabellos
los colores de
las piernas y las manos.
Y mis manos entran en las bocas y en los
agujeros
y se queman de silencio.
Estas montañas crean una vida de aire
que entra por cada poro, en cada cuerpo
que aligera todos los cuerpos
que inflama mis ojos que se buscan
en las miradas
y que mueve mis manos -ves
sobre los cuerpos que danzan


LUBLIN

el tren de la coleta que guió los malos pensamientos
el vuelo de Coli cayendo en la boca del mar
la pampa de las Colibias donde bailastes vestida de cocinera
cuatro planos que siguieron la orden del cintrel
y endemoniaron un arco, que yo me encargué de poner sobre el cubo aproximado de La Defense
Era el momento y la hora en que el sol
dora
o adora
más que la tarde
tus trapitos despojados
tu mirada - regard - mirada de francesa endemoniadarumbo a Lublin.



LA GRAN GLORIA DEL JARDÍN DE LOS INCENDIOS


Hay un país que crece en tu brazo
              cuando no te encuentro
una zona que arrastra un Castillo hasta el
                                          Hambre del pie de Junio,
en este - oeste salado de Francia.

"Todas las veces escapé de un parque gigantesco
de la mano de una muchacha hija
de los Generales del Clima y la Pequeña Fruta",
se debió suponer - entonces -
que el andar rasante de insecto de un preguntón ciego
tiene destinos e instintos adelantados en el agua.

Amo desde algún día,
el olor de las murallas
encontradas en las agujas de los grandes relojes de París
el picante de la voz del musgo
la humedad que pacto como un pintor acorralado
los pedazos de corteza terrestre clavados en las manos
 - aquí -
como invitado de la ausencia de una letra
total
bajo tanto sol.


de: El diablo in albis (1997)


LOS PIES CONTRA LA MÁSCARA


Los gatos de tu cara
son como imagino los vientos
que tienen los equinoccios.
Dicho de otra manera tus gestos son la palabra
de los territorios sublimes.
Národmi muzeum.
Listopad.
Noviembre, siete, los gatos con tu gato
son mil gatos caminando desde Lublin
por una rosa.
Las carrozas de los reyes atadas al perfume
de tu cuello
sin los reyes. No hay reyes, sólo
el Narodmi Muzeum
provincia siete, de tus gatos
sobre los tres pìsos de ventanas entre las tres cúpulas
donde se estrellan las carrozas desbocadas que se sueltan de tu cuello.
Siempre supe que mucho hablaría de la tormenta
muda
que veía en esa ciudad de agua y fuerte música.
Por qué Dvorák?
Estuvo entre las carrozas, voló tus gatos
se estrelló en las torres de perfume
de tu cuello?


de: Estación de animales buenos (2007)



ALEJANDRO PIDELLO nació en Rosario en 1947. Es poeta, profesor de Química Biológica en la FCV-Universidad Nacional de Rosario e investigador en el área de la ecología microbiana de los sistemas naturales. Fue cofundador de la revista de poesía La Cachimba, que se editó en Rosario entre 1971 y 1974. Textos suyos fueron publicados en revistas como Diario de Poesía, Diérèse, El Jabalí y La Danza del Ratón. Actualmente es coeditor del sello editorial Papeles de Boulevard, de Rosario. Intervino en las ediciones grupales De lagrimales y cachimbas (1972), Pájaro Anual (1974), La huella de los pájaros (1978), Juegos de Octubre (1981); en las antologías Poesía viva de Rosario (1976), Antología de la Poesía Argentina (1979), Seis poetas santafesinos (1992), La única ciudad (1994), Los poetas de La Cachimba (1994), Un Siglo de Literatura Santafesina (1998) e Inédit (1999, 2000). Fue incluido en el Breve diccionario biográfico de autores argentinos (1999). Publicó los libros de poesía Los colores del salón de lectura (1973), El Diablo in albis (1997) y Estación de animales (Bs As 2007). Ganador del premio provincial de poesía "José Pedroni 2010".