Luis Manuel Pérez Boitel

Luis Manuel Pérez Boitel

7 Poemas




De: Antes que la Noche Acabe. Antología Personal (2005)



PRELUDIOS

I


guardo entre mis dedos la percepción
de estos días
y no quiero dejar atrás la infancia
la hora en que decidimos por qué no somos
la figurilla de agua frente al pórtico
rostros confundidos vagan en la noche
con este hedor que abrigan las calles
navego todavía
intento dejarlo todo a la intemperie
en busca de esa filosa palabra que suele ser
la libertad
entre los dedos guardo la poca agua
que nos nutre
con ese sabor de quien se lleva a la boca
su único alimento
dejo la infancia
como quien deja la soledad en una insignificante
postal de fin de año

II

yo también crecí entre multitudes
con todo este olor de candelabro sobre el cuerpo
dejando atrás el agua que me reduciría
descubro un tiempo donde el hombre salta
para hacerse renacer en la codicia
dónde estará mi verdadera quietud
el vientre reducido
la oreja desprendida en la posguerra
yo también crecí junto al agua
entre silencios
después de todo

III

juega el agua allí donde mis brazos conspiran
y se delatan en el icono de luz
el silencio es entonces la palabra
que nos disuelve en medio de la soledad
a todos nos conduele que nos llamen
la negación
mientras el proveedor sin dioses
ni oráculos nos acecha
cuánto infortunio cabrá en nuestros cuerpos
que nunca supieron navegar
tropiezo con el agua cuando se nos invoca
y veo que es tan dulce en la inmensidad
de estos días
que aún no imagino
de qué modo he podido desprenderme
de sus golpes

IV

yo no pude ser otra cosa que la devoción
de un menesteroso
un hombre que siempre llega en esta extraña circunstancia
a preferir la nada
el vicio
la otredad
mi boca temía al dolor y la codicia
de pronunciar nombres en un lugar tan puro
ah
cómo dejaremos este efervescente ruido
que tapiza las noches
y nos pronuncia enigmas de una lluvia distante
en esta fuente donde alguien a deshora bebe de mí
invoca toda su sed como en un ritual
donde eres la pieza protegida
el trofeo guardado
el aplauso de otros
no he podido ser la estación
del fondo resurgían criaturas parecidas
intentando ser bosque en la desolada casa donde habito
árbol en la complicidad de sus ventanas
para que todo el agua me penetre y yo en calma

V

un hombre va con su figura cuando el polvo
asedia un tiempo en mansedumbre
atrás se desvisten alucinaciones
en el reducido espectro del agua
cómo se confabularía la penumbra cuando el té
sea la contraseña para que surja la luz
un hombre se apodera de su talismán
guardando en secreto el oráculo que es
donde no hay pitonisa porque hay candelabros
y porque nunca es invierno detrás de estas cortinas
ah
desdicha de la mudez con que alguien se atreve a un
[sueño
equidistante
donde el mar se nos confunde
un adiós marcha a destiempo y un niño juega frente a
[la estación
en busca del silencio de una plaza

VI

cabalgo en un lienzo sin figuras y todo es distinto
dentro de mí
pues cada golpe de agua no hace más que detenerme
obligándome a dejar las ventanas
las imágenes que rebotan dentro de la penumbra
donde todo se está crucificando nace un río
y no tengo manos para detenerlo
sentarme a su puerta hasta no saber
que hay un equilibrio
donde mane el agua ya no seré ese cuerpo
adherido a los cristales
haciéndome cada vez más invierno
con todo el capricho que golpea y vuelve a golpear
[como la nieve
no podré ser más la felicidad de una estación
cuando el agua jugaba con las pequeñas oraciones
donde fui dejando
el pulmón
el vientre retorcido
las manos al acecho de esa agua que todos deseamos beber
apresurando los pasos a su encuentro
y cuando estábamos cerca de la fuente
no nos quedó más remedio que dejarla en el olvido

VII

el agua me trae sus presagios y siento que una gota
puede tener el mensaje
cómo es posible escapar de esta pradera
si aquí dios bendice a todo el que acude
igual que en una fiesta donde eres el elegido
la pieza nueva
la solución que se necesita
oh silencio de mi voz
hasta dónde me confabularía en busca del agua
porque ya no soy más que tiempo
más que vapor después de los amaneceres
aquí todos supimos de casas deshabitadas
de ciudades hundidas en su aire de provincia
ah silencio de los pasos de mi agua
ahora que no soy más que la luz de mis amigos
guardando este lugar
donde mi madre sentada en un recodo dibuja y desdibuja
todo lo que pude ser mi pecho
aferrado al amor
dispuesto al amor
en sólo una foto de familia





TODA LA FLOR DEL UNIVERSO
He aquí, de pronto, mientras se cante este poema,
abierta y sangrante toda la flor del universo.

Carlos Galindo Lena


I

ayer, dibujaba con beneplácito
la luz de la provincia.
la mustia sombra que quedó de los astros.
en el confín aquel la nube gris
desde la hierba, simulaba
todos los enigmas. los ecos. las procesiones.
en las cercanías de tales desafíos
crucé la penumbra. el enceguecido andén
que pétreos ruidos confirman, a destiempo.
la hora de partir. señal desde la tierra
abriéndose en su mitad
como una madre dispuesta a su ceguera.
ah, piedra que solventó las noches del otoño.
la luz gravita en mí, lo demás
no importa en principio.
los techos que desde los riscos
penetraron toda la ciudad. la gente
husmeando la caída del pez.
el pez que unía su silencio
devorado tan ferozmente por la noche.
el pez que asistimos, grávido
en el citadino lugar sin pertenencias.


tengo la luz de ayer, los estertores.
la plaza de la Vigía
con todos los gatos de la ciudad, eso ya no importa.
a mis espaldas escucho el eco
entre los promontorios. el frescor
del agua, ya estéril sobre la roca única.
el hombre que cayó, no está en mí.
el oficio que tengo me insatisface. el oficio que tengo
atisba lo irreal; las cosas mueren
de repente. no lo imaginé pero hace un instante
el árbol y la ciudad sola, morían.
ayer, dibujaba con beneplácito
el parentesco fugaz con otros hombres.
el eco se hizo en mí. aluciné el tiempo;
otro tiempo. después con toda ingenuidad
pretendí la luz. ese amargo sabor
que dejan los espíritus. el agua. los temores.
la noche que caía.

II

el hombre de gloria oculto en la dureza
de todos estos años, tampoco está en mí;
salgo a buscarlo y sólo veo el astro,
la fijeza de un tiempo que retoma el polvo
para matar al pez nuevamente.
ellos dijeron que fue ayer,
nada más. que desde el ruido del agua cayó
a la falsa ilusión. sosegado sobre sí,
diestro en los oficios de los primeros tiempos. en la
                                              [resaca,
su sombra vio los claros predios, la arena nueva.
la arena de Dios y de la nada.
ayer, bajo el humo todo lo vislumbré
y el aire penetró los huesos.
descansan en mí los cenagosos
caminos de Matanzas. el portal aquel dispuesto,
póstumo auto de fe: la noche misma.
así, «antes fue el lujo y la gloria que nos acompañó»
–el eco no responde.
«antes el viaje hasta el Parque de la Fraternidad
fue el hermanamiento, y el inicio»
–el eco retorna a contraluz.
«un hombre dividió su pan infinitamente
para repartir a sus iguales»
–el eco lo bendijo.
tengo la sombra de un astro
en la memoria. no tengo que mentir.
no lo he dicho todo.
he traído desde aquellos confines las cenizas,
los sortilegios, el oráculo real.
en mis ojos la fiebre se empeña
en retroceder sin demora. mis hombros
sienten el peso de lo inasible.
mientras un muchacho desde este monte
indica el crepúsculo, la transparencia del pez,
con su boca fija ante la cruz; su otra cruz,
siento la herida.
han de pasar en la piedra
estos milenarios años. la nube
reside en la visión. socavando su ley
el camino se divide extrañamente.


jamás desde aquella arena tan extravagante,
nos detendrán. en la nocturnidad el juego fue la perfección.
el viaje al revés, un astro fugaz que deja de existir.
antes, debí presumir cierto gozo
en las escrituras de Platón. cierto estado de gracia.
Maestro, deja la rueda que pulveriza
este gesto frágil, inútil por tanto sopesar
entre la oscuridad y esa no oscuridad (abrumadora),
de la que refería usted en lenguas que ya no distingo.

III

alguien adentrado a la noche
iba entre riscos y diciembre,
del lado más confiable. en una espiral
alcanzaría las blancas grietas. la gota tenue
que cae. y cae en la herida.
el tatuaje mal pintado de los hombres.
Maestro, varios siglos han pasado
desde su gloria. varios siglos y no encuentro
la palabra exacta para descubrir
entre el ángel y el demonio,
quién nos guiará finalmente, entre los crisantemos
del monte y los vituperios ofrecidos?
callabas, en aquel cuadro Michelangello
retoma tu discurso. el imperio de las manos
no es la dicha. la insolencia vuelve,
y de mi boca falta la costumbre.
el fuego va sajándome el aliento.


alguien adentrado en la noche
no sabría qué decir. ah, Maestro:
la montaña aniquila la tormenta,
una imagen rota, como el eco mismo
detiene aquel hombre de semejante imagen,
enfermo ante el gentío. el oscuro enigma
del que desde aquí pretendió el otro lado.
y al niño que reza ante un árbol milenario.
otros irían a Jerusalén para ver ciertas estaciones.
el dibujo de un paraje libérrimo que retoma cada uno
de los nacimientos. bebe de él, pero nunca preguntes
por qué la oscuridad?
por qué la vigilia y la piedra y el muro?
en aquel cuadro de Michelangello
siento la extrañeza del mar.

IV

tendría apenas esa imagen
bajo las estrellas.
los techos de la ciudad,
y Dios de un lado, inquieto,
infinito. el destino
vuelve a las fieles
escrituras sobre aquel muro.
escuchad, una música
a ras de las cosas
nos confirma. el aire
rebota en las paredes.
no hay que esperar.
escuchad, marzo vuelve

y Dios transcurría
bajo la pétrea sombra
de un árbol. escuchad,
los hombres esperaban
afuera por el signo.
angustiosamente el humo
de los campos labrantíos,
lo confirmó. hubo lluvia
en esa inmediación.
hubo seca después.
en tales parajes un astro
abrazado a nosotros
hizo los caminos.
escuchad, escuchad:
algo queda por hacer,
algo que todavía no sé.

V

frente a la torre;
a desgaire, los guijarros
húmedos de ayer.
la voz del Maestro
sopesando lo común
de los primeros tiempos.
he recibido un aviso
y no me acostumbro.
la ópera era difícil.
miento. desde la verja,
descubro el monte.
el vaho de un pez
amarillento y antiguo.
desde la postal, niego
los sortilegios. la tormenta.
otro ruido será,
otra mano en la comunión,
otra estrella: los mansos astros
de enfrente. justo fue el juicio,
desde la torre cuando a las calles
llegó el viento. el romerillo.
los inciensos.
(esto podría ser definido
como la primera aparición.)

VI

hace algún tiempo el humo volvía
a los establos. en el pesebre
sospecho el origen eterno.
podría confirmar que apenas fue incierta
la definición del hombre, que apenas
fue la cruz el parentesco más fiel
a los que antaño creyeron en el mito.
fuimos mansamente en busca de la ceniza. la lluvia
que en otros meses auguraba
prosperidad, no bastó.
la travesía de existir era la negación
ante la propia imagen.
la tierra que fue el escenario. la tierra
que por instante hilvanó los sonidos
de la historia. el túnel donde hoy,
siento los muertos insepultos. Magister:
«las puertas que están frente a mí
se han cerrado»

–alguien con insistencia golpea sus cerrojos.
«las puertas que alcanzan la plenitud
y la dificultad de la razón y la no razón,
son inciertas»
–alguien intenta evadirlas.
«las puertas del hombre se confunden
con solo el órfico enigma que por destellos
reina en el país»
–alguien ha cruzado las puertas.
hace algún tiempo, cuando todo era otoño
en la ciudad. frente a estos parajes de semáforos
y anuncios, cuando la ciudad dormía. un vidente
ante el espejo dio pan a sus iguales.
hace algún tiempo (tengo dudas),
mis huesos fueron de aquel hombre de paz
abrumadora y distinta.

VII

ah, no me bastaba el destello
merodeando las cosas más breves, ni la piedra
húmeda echada a rodar. ayer,
parecía que un aire iba entre los juncos,
y que aquel hombre era sólo palabra
desde el silencio mismo. no lo dudé,
pero debo reconocer que las campanas
dejadas en la ermita repetirían el acto.
otras apariciones cegaron mis ojos,
para que ya nadie entienda. aún
nos pertenece el otoño.
en los venideros amaneceres, la tierra confirmará
cuánta lluvia he olvidado.

el barro que en mis pies era permanencia,
ya no está.
todo hombre hace de su tiempo la utopía.
en estos claros predios de Matanzas
me entretuve. ah, no creo que juzgar las cosas
merezca tantos designios.
ayer,
disimulaba toda la flor del universo,
todo acto de pureza indescriptible.
ayer, las campanas sonaron
ininterrumpidamente.


ANTIGÜEDADES (EN UNA VASIJA DE PELTRE)

rehúso definir las líneas de la mano.
me admiro por la permanencia, afuera
cuando no hay nada que perder. yo, desnudo
dejo la abertura. y la luz confunde el arco total
desde el alféizar? (exacto punto equidistante)
ángulo mínimo desde el espectáculo
que hace mi cicatriz junto a los promontorios.
una foto sepia estrujo, en fin
las cosas han quedado como aquel poema
que hablaba sobre la posteridad. y el territorio
sin mapa definido donde alcanzar el premio?
el tiempo anterior que ya me inquieta,
apenas existe. en la bitácora de los años
volvería sobre aquel verso y el sonido de la piedra (cayendo)
desde el baldío sitio (im)personal? fuimos a esos senderos
ensayando las palabras que se olvidarían.
mientras yo era aquel adolescente
de rostro advenedizo. nada me hacía esperar.
en la neutralidad del poema mi voz escapa,
a menudo. siento los picos de los pájaros aferrados al caos,
a la maraña del verso (inquietos, podríamos decirlo así).
fijo sobre aquella tempestad lo que materialmente dejarían
estas antigüedades (en una vasija de peltre)
que ya no serían el lúdico espacio arrebatado
por el hombre; el péndulo cayendo sobre el oficio.
la aguja del tiempo y esta otra sombra irrepetible
en la confirmación del sendero (mis manos desde la utilidad
de aquellas cosas antagónicas)
mientras yo era aquel adolescente de rostro
advenedizo, aferrado a la travesía.
–nadie pudiera decirme exactamente por qué?



JAQUE AL REY


en esta partida de ajedrez estoy midiendo
el tiempo. las cosas más efímeras. el ridículo episodio
que nos enfrenta, sin advertir
quién dejará primero el ímpetu
desde la Plaza Isabel II? quién buscará bajo los escombros
la ciudad nueva? (caballo tres alfil dama), y estamos
hablando de la posmodernidad,
por capricho. alguien nos implora junto al polvo
y la madera de cedro que se transforma, a contraluz.
(torre cinco alfil dama) jaque al rey,
y no creo que haya opción después de las apuestas.
en esta partida de ajedrez, estoy midiendo el tiempo.
implacablemente (peón tres torre dama)
jaque al rey, desde tu imaginación algo volvería
a suceder con toda certeza.


CAFÉ DES AMATEURS

he pensado en Verlaine. su rostro
frente a la Place Contrescarpe. el frío
que sentiría desde la habitación.
en los húmedos banquillos donde la yerba
quebrada de noviembre, se dispone.
un mínimo de algarabía falta en el hotel
visto desde el Café des Amateurs. un poco
de humo sobre la ciudad y un tren
(lleno de incertidumbre) al finalizar
cada extraño espectáculo. he pensado
en Verlaine. su amante pudo ser igual.
pero no lo encontraría desde aquí.
es inexacta la sombra de su rostro
transitando el Boulevard Saint-Michel.
fingir que no lo he visto. despedirme.
imitar que las horas entibian aquellos parajes
que desandamos. imágenes dispuestas
desde el amarillento anuncio. (Café des Amateurs)
por curiosidad, he pensado en Verlaine.


POEMA DE LOS LARES

nada queda más exacto en la foto
que la luz. la muchacha sin vestido
asistiendo a la primera comunión. el Cristo
en la verosimilitud de un muro para no recordar
el rostro del huésped. la frivolidad del hombre
sobre la mesa, en ese excesivo mundo del cuadro
que ha forzado el polvo de mis ojos. y la muchacha
desde el vacío estruja con su aliento la flor.
la necia presencia –inoportuna diría yo–
de los gajos más resecos. una dualidad petrificada
bajo el signo. en la tela de araña quedaron los restos
más palpables. un libro de Heráclito
que la muchacha (desde su descuido) olvida.
el huésped que comparte su habitación
ya se niega, ya vuelve al pasado.
hace una cruz sobre el Cristo. pero el cuadro queda
intacto. (en el desfiladero del sur) varias veces llegué
a esas márgenes pero ella parecía tan breve, tan frágil
en su mundo que ya las flores no estaban.
(alguien pretendió indagar la atmósfera cierta,
la fe, el sostén exacto de las cosas.)
desde la superficie de la foto admiro
la prudencia. y la ventana art decó
despiadadamente olvidada? el orificio aquel
donde la muchacha sostiene los dos mundos.
(algo diría yo, tiene de indiferente)
apuesto a que la caída del ícaro, ya nada
detiene el paso rasante sobre la tierra,
cuando zambulle aquellas flores de papel.
el huésped inscripto en los mares más ilustres,
en la inminencia del Teatro de Sidón,
se esfuerza con su estéril oficio. (hay algo inasible
desde él.) ante sus lares todo parece
inoportuno. la luz misma que perfora la foto,
ya no está realmente. (el sonido comienza a declinar.)
los candelabros de la parroquia
asemejan el templo de los Enobarbos.
nada queda más exacto en la foto que la muchacha
dispuesta sobre la cama de ébano. y la habitación.
y los pasillos. (alguien pretendió indagar la atmósfera
                                                  [cierta,
la fe, el sostén exacto de las cosas.)


EXPRESS DAY’S

me he escondido en el andén (menos estático)
bajo las carpas de una noche de febrero,
entre la confusión de los trenes y la gente
que transcurre en la inminencia de la ceremonia,
sin la noción de por qué se está
descascarando la pared. el áspero sitio
olvidado como paradoja de los hombres.
pero estoy aquí frente al trayecto (desde un quicio)
traslúcido en el místico edén. la costumbre
como encrucijada final. y los carros
de la Navidad (1998) pendientes del espectro.
me he escondido en el andén,
simbólicamente, bajo el itinerario fugaz
de estos candiles. Express day’s
(y algo indica la evidencia real,
lo subjetivo de una estación) ahora
que un pasajero me mira fijamente
y un tren pasa. algo creo yo recordaremos.






LUIS MANUEL PÉREZ BOITEL, Poeta cubano, nacido en Remedios, Villa Clara, Cuba. Miembro de la UNEAC (Remedios, 1969)  1994  Diplomas de Plata y Bronce en el Festival de Artistas Aficionados de la Federación Estudiantil Universitaria a nivel Nacional, en los géneros Poesía y Testimonio, respectivamente. 1996 Premio Literario “Abel Santamaría” de la Universidad Central de Las Villas, en poesía. 1997 Premio del Concurso Nacional Fundación de la Ciudad de Santa Clara, con el poemario “Unidos por el agua” (Editorial Capiro, 1998).  1998 Premio Nacional de poesía “Regino Pedroso” convocado de Trabajadores de Cuba y el Instituto Cubano del Libro con el poema Tríptico para cuando mi padre diga adiós y yo no sea más que un paradero necesario entre la soledad y el hombre.  1998 Primer accésit en el  Concurso Internacional de Poesía “Bustar Viejo” en Madrid, España.  1999 Premio Nacional Pinos Nuevos con el poemario Bajo el signo del otro (2000). 2000 Premio Nacional Calendario de la Asociación Hermanos Saíz con el poemario Los inciertos dominios del escriba publicado por la Casa Editora Abril. 2001 Premio Nacional de Poesía “Sed de Belleza” con el poemario La oración del inquilino (2002). 2001 Premio Literario XV Festival de la Juventud y los Estudiantes con el texto “Donde se dice que el invasor tiene un rostro que nada tiene que ver con la añoranza” lo que me hizo Delegado Directo al Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes celebrado en Argelia. 2001 Mención Especial del Jurado Internacional de poesía “Miguel de Cervantes” en Granada, España. 2001 Participo en la Feria Internacional del Libro de La Habana. 2001 Delegado en el Congreso Nacional de la Asociación Hermanos Saíz, celebrado en el Palacio de las Convenciones, presidiendo la Comisión de los Estatutos de la organización juvenil, e integro además las comisiones de Literatura y de Escrutinios. 2001 Premio Especial del Municipio Unión de Reyes, en Matanzas, en el Concurso Nacional de Poesía “Regino Pedroso”. 2002 Premio  Internacional Casa de las Américas con el poemario  Aún nos pertenece el otoño, entre 354 obras de 18 países.  2002 Participo en la Feria Internacional del Libro en La Habana. 2002 Premio Nacional de Poesía de Amor en Varadero, Matanzas, con el poema "Dibujo en el agua”. 2002 Premio Abril de la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba (UJC) por el conjunto de la obra literaria. 2002 Premio Nacional de poesía “Ser Fiel” con el libro Para no quedar en el andén (2003). Participó en la Feria Internacional del Libro en Bogotá, Colombia. Realizó un recital de poesía en el recinto de la Feria y  por invitación también realizó un recital  en la Casa Silva.  2002 Tercer Premio en el Concurso Internacional de Poesía “Miguel de Cervantes” con el conjunto de poema “La oración del viandante” (Granada, 2003). 2003 Premio Nacional de Pensamiento social “Ernesto Che Guevara” de la Asociación Hermanos Saíz. 2003 Premio Especial de la Asociación Hermanos Saíz en el Concurso Nacional “Regino E. Boti” en Guantánamo con el poemario El agua de las Hespérides. 2003 Nombrado Hijo Ilustre de San Juan de los Remedios, en Asamblea solemne del Poder Popular en el municipio donde resido. 2003 Imparte recitales de poesía y conferencias sobre poesía cubana en las Ciudades  de México,  Monterrey, Puebla y Coahuila. 2004 Premio Internacional de Poesía Nosside Caribe en Italia.  2004 Participó en la Feria Internacional del Libro de La Habana. 2004 Participó en el Encuentro de Escritores cubanos y venezolano celebrado en Venezuela.  2004 Premio Nacional de Poesía “Ciudad del Che”  de la UNEAC  en Villa Clara, con el poema: Conversación en el umbral. 2004 Participo en el Encuentro Mundial de Intelectuales y artistas  en Defensa de la humanidad que se celebró en Venezuela.  2005 Premio Nacional de Literatura  “Eliseo Diego” con el poemario Ciudades del invierno, en Ciego de Ávila, Cuba.  2005 Participo en la Gira por el Escambray como parte del programa del Festival del Libro en la Montaña. 2005 Participo en el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes realizado en Venezuela. 2005 Premio Internacional Desiderio Macías Silva con el poemario No llames en la noche, en México. 2005 Participo en la Feria Internacional del Libro del Zócalo en México D.F. presentando la antología personal En esta extraña circunstancia, editado por La Cuadrilla de la Langosta. 2005 Sale el primer número de la Revista  Hispanoamericana de Poesía y Crítica VozOtra  donde soy  México D.F. 2005 Participó en la Feria Internacional del Libro de La Habana y presenta la antología Antes que la noche acabe que publica la Editorial Monte Ávila de Venezuela.  2006 Seleccionado para integrar una antología en la Radio y la Televisión Venezonalana con el poema Arabesca, Diosa indiana. 2006 Obtiene el Premio Internacional de Poesía “Casa de Teatro” con el poemario Memorial de invierno. 2006 Participó en el Evento Cultura y Desarrollo a nivel provincial y en las actividades por el 80 Aniversario de Fidel Castro. 2007 Premio Nacional de Poesía Alcorta de la UNEAC en Pinar del Río con el poemario Un mundo para Nathalie.  2007 Viajó por Guatemala en una brigada artística. 2007 Premio Nacional de Poesía Paco Mir en la Isla de la Juventud con el poemario Poemas sobre un banco de parque. 2007 Segundo Premio del Concurso Internacional de Poesía de la Revista Axolotl en Argentina con el poema Ragazzo al Mare.  2007 Premio Internacional de Poesía en el III concurso Marius Sampere en Barcelona, España, con el poemario  Las naves que la ausencia nombra.  2008  Participa en el Festival Internacional de Poesía de Santa Coloma en Barcelona y hace una gira por Málaga y Granada.  2009 Obtiene el premio en el concurso internacional de microficción para niños y niñas “Francisco Garzón Céspedes” en Madrid, España, con su poema: Nubes del papel.  2010 Premio internacional de poesía Bambamarca Voces de la Tierra en Caracas, Venezuela. 2010 Participó en el Encuentro El turno del ofendido en El Salvador. 2010 Accésit en el concurso internacional La lectora impaciente, en poesía. 2010 Ganador en la modalidad poesía en el I Premio “La venta de las palabras”, Cuenca, España con la obra El Tiempo de Ireneo.  Ha publicado textos  en España, México, Puerto Rico, Brasil, Estados Unidos de Norteamérica,  República Dominicana, Colombia,  Cuba y otros países. Colaboró con varias revistas de arte y literatura.  Su obra ha sido traducida al Neerlandés y al inglés.