María Teresa Bravo Bañón

María Teresa Bravo Bañón

15 Poemas






De: Es Un Crimen Talar El Almendro Florecido (2010)



1. ES UN CRIMEN TALAR EL ALMENDRO FLORECIDO

Y se murió de espanto
cuando amados violines
volvían a brotarle por sus venas.
A la memoria retornaban:
que ya no había remedio; ni placebo
¡Para vivir hay que vivir en carne viva¡.
Huracán fueron sobre su cuerpo,
desabrochada la conciencia ,
desnuda la expusieron.
- sin un jirón de piel con qué cubrirse -
Ni del corazón quedó rincón
que no le fuera sacudido .

Y tembló por los relojes a galope.
Y tembló por su sangre florecida.
Y tembló por la tala de sus ramas.


2. LUZ DE LEVANTE

(A mi madre)


Sobre la cama turca
- expuestos como alegres caracolas -
aquellos vestidos de niña esperaban
mi morenita piel de la playa de Benalúa .
Tiras bordadas,
canesúes en punto de nido de abeja,
rasos, piel de ángel , organdíes...
hermosos,
cosidos , almidonados y planchados
por la mano de mi madre .

Mi infancia :
sopas de leche,
anginas, el practicante,
(inyección mía de cada día)
-El médico ya viene si no comes-
zarzuelas por la radio,
cuplés de mi abuela ,
y " Nena" de Sarita Montiel;
mi tortuga,
mis conejos de indias
y los grillos del abuelo
en las jaulas del patio.





3. TORTOLILLA


"Ven, pues, mi prenda amada,
Que ya fallece mi cansada vida
De esta ausencia pesada"
(Sor Juana Inés de la Cruz)


Suspirante, la color me ha mudado
tras las celosías de mi cuerpo.
Tortolilla que de su prisión
no sabe alzar volada
si no es en la holgura de tus brazos.
Me devuelves la gracia de la espera,
en este dulce- ¡ay, de mí, mi amor!-
trote de potrillo en un pulso invernal
- ya tan desasosegado -
Ayer yo fui sensata encina
en claustro de exangües arrayanes,
hoy soy clavel de lumbre para tu boca loca,
amapola de los sentidos,
para ser acariciada por la sed de tus dedos


4. LA PLEAMAR DE LA PRÓXIMA LUNA

Ya no tengo la paciencia de esperarte
a que llegues a mis Playas de Poniente
como pleamar en la próxima luna.
Me consume la sal.
Aquí sólo quedan calcinadas vértebras
de varadas ballenas y violáceas cabelleras de medusas.
Rodearé tu cuello en el cabotaje corto de mis brazos,
mis muslos serán enredaderas de espuma
resbalando por tus acantilados del deseo.
Seré el eterno gemido de los guijarros
cuando el mar retrocede y se adentra de nuevo.
Flujo y reflujo
-oscilación perversa-
armonía de Universo conjugado.
Atolones de lumbre tatuarán tu espalda
por entre las yemas de mis dedos.
Seré el maremoto:
 de  a donde quieras conducirme .
Esta sed es de siglos .
Moriré en tu lenta caricia; mientras me sacias
con agua fresquísma de tus ríos interiores


5. POEMA AL DONCEL DE LAS PESTAÑAS DE VENCEJOS



¡Oh, mi doncel de las pestañas de vencejos!
¡Qué turbación provocas si a una flor te arrimas!
Te bendice la anémona y el filial acanto
a tu paso las adelfas inician regios protocolos,
Provocas lujuria en las pobres azucenas
que fueron consagradas para altares virginales.
El lirio queda sonrojado por su expiación
en túnica nazarena no escogida .
Los cerezos danzan en tu presencia,
agitando sus ramas para alfombrarte de flores.
Yo soy tu flor de la pasión,
arráncame de mí para tu pecho,
embriágate de las lágrimas fragantes
que por ti yo he derramado
y después de haber sido
-en solapa audaz y mundana-
tu divisa vencedora
prénsame entre tus libros,
que sean tus versos de amor mi tumba.


6. MI MAGO


¿Quién soy yo si tiemblo en tu presencia?
Me zahieres si eres esquivo,
me atolondro ante ti cual paloma
ante los diestros halcones de cetrería.
¿Quién soy yo si no me amas?
¡Ay, qué fuertes son los brazos de mi arquero!
¿Quién soy yo sino el nenúfar
que desfallece si a tu pecho la estrechas?
Si tú no oyes mi cántico la música no existe .
¡Oh, tristísimas noches,
con cancelas de hierro en mi garganta¡
Si no paseas las lunas almendradas de tus ojos,
estos versos no existen.
¿Quién soy yo si no me lees?
Eres Mago,
mi Mago:
Un día me harás desaparecer
entre el fuego de tus venas.


7. JUNTO AL VALLE DE LAS ORTIGAS BLANCAS

Del pozo de tus noches oscuras
te rescaté con los dogales
de mi amor paciente.
Fui pescadora de tus perlas
buceando a pulmón libre
en el más profundo de los piélagos .
Junto al valle de las Ortigas Blancas,
en denso cenagal crecía el puro lirio
-Aquél que Salomón codició por vestidura-
Como a mar abierto de naufrago me arrojé,
por el negro cieno de cañas en flor,
sólo por ir a buscarte, amor mío.


8. PÁJARO FRÍO


A la luz de las farolas aleteaba
un pobre pajarillo confundido.
Las arañas que colgaban sus tramoyas
lo miraron insolentes .
Las blancas mariposillas le cedieron
un lugar en la fila organizada .
Él venía frío de la noche, tremolando
su alma atribulada de pájaro desahuciado.
Se arrimó con  ahínco al fuego fatuo
encerrado en redoma de bombilla .
En su pecho le nació una herida
de petirrojo chamuscado .


9. QUIERO SER LA LUZ



Quiero ser la luz
que se desmaya en las niñas de tus ojos,
gota de miel en los panales de tus labios.
Aspirar a ser tu fuente confiada,
el fresquísimo venero saciador
de las salinas de tu lengua;
rosal agreste de tus montes,
corazón de lirio vulnerado
por una mariposa blanca ...
Que allá donde de mí
tus labios se posen
siempre salgas renacido .


10. CAMPANADAS  DE LA CATEDRAL

En la casa de Machado aún se oye la última visita,
el último trajín, la nueva canción de La Niña de los Peines
en una descuajeringada  radio.
Antonio se sienta conmigo  bajo las acacias.
Hoy como ayer, ayer como mañana, en el Uno
 sin tiempo que ahora compartimos.
Me mira con aire despistado,
como queriéndome reconocer de alguna parte .
Yo sólo le sonrío y él se toca levemente
el ala del  sombrero de fieltro.
Escribimos .
Los abrigos se nos pincelan
de alfileres de escarcha
y ni siquiera lo hemos notado.
Cada cual va dejando su impronta de versos
bajo los pináculos de la blanca catedral.
Somos como dos viajeros de paso en esta plaza .
Él escribe a versos  Guiomar,
yo a Harpo.
Sonrío por su inocencia :
no sabe  que Guiomar es hoy una estación
de un "ave" de viento sin alas .
Él me sonríe también,
como  disimulando algo
sobre a dónde me conducen
mis versos a Harpo.

De pronto se nos muda el gesto.
Nos despedimos, taciturnos y solitarios,
envueltos en nuestra infinita nostalgia  de poetas.

Yo... no le digo nada de Colliure...
él no me dice nada de...  algo mío...


11. CÁNTICO DE LA CIGARRA DE ESTE BOSQUE


¿Alguna vez fui cigarra del coro de este bosque?
¿Espejeos del sol jugando a claroscuros en los juncos del río?
¿Paloma torcaz o pez vigilante del vuelo del martín pescador?
¿Alguna vez fui el esplendor del rayo y del trueno su amenaza?
¿Fueron mis labios un largo vuelo rojas libélulas?
¿Quizás un rastro de luciérnagas revelando los caminos de la luz?
¿O fui una estrella que se desmayó
para ser un deseo ante tus ojos ?.


12. DIÁFANAS TARDES SOBRE EL CABO
(Luz de hora nona)




En las diáfanas tardes de Abril
acudía para escuchar el mar doble
de la cala hasta el pequeño cabo.

Subía al viejo faro, ciego ya,
bastión de remotas tormentas,
vigía permanente abrazado de espuma,
testigo de antiguos naufragios y derrotas.

En mi afán de trascendencia besaba sus piedras
para que, cuando viento y mar. desbocados los siglos
le arrancasen hasta los cimientos y los convirtieran
en mansa arena de playa o de clepsidra,
siguieran repitiendo el eco
de aquel inflamado beso por encima de mi boca de ceniza.



13. FUGACIDAD Y OLVIDO

(Con permiso de Jorge Manrique)


Aristas de viento limitan nuestras vidas
escritas sobre nervaduras de hojas secas.
Vivimos escribiendo con pabilos de un verbo
que extingue su continente mágico de símbolos,
tan solo para transformarse en estrellas de silencio.
Somos alfabetos tatuados sobre el glaciar
que una primavera, desgajado en iceberg,
se fundirá en lágrimas de olvido sobre el Océano.
Existimos entre un parpadeo de una Nada a otra Nada.
y con estelas de espuma o con jirones de nubes
pretendemos dar al ortografía correcta
a cada latido, a cada sueño que perdemos.



14. EL ADIÓS
Al partir serán estas mis últimas palabras: 
me voy, dejo mi amor detrás
 (Tagore)



Descalzo atravesó la orilla mártir del mar,
comprendí su rito.
Me aparté unos pasos para permitirle
la intimidad exigida a su instante de recogimiento
Parecía un antiguo marino de Tarraco
susurrando plegarias a unos dioses
que ya ni recordaban
sus preces en la “mater lingua”.
Se ungió los pulsos, las sienes,
la frente, el pecho...
como una ablución ancestral, ignota
para los no iniciados.


Rozó guijarros negros,
como el que acaricia los cabellos
azabaches de un niño dormido.
Volvió su rostro con un extraño rictus de tristeza,
un dolor avecinado que entonces no supe comprender.
Ahora sé cuál era su lacería,
su terrible punzada y su lágrima secreta:
lloraba por dejarme allí -¡a su pobre gaviota!-
extraviada entre el vaho de la niebla,
sabiendo que nunca acertaría la ruta de regreso.




15. PORQUE  SÓLO  QUIEN  AMA  VUELA

“Sólo quien ama vuela. Pero ¿quién ama tanto
que sea como el pájaro más leve y fugitivo?

Miguel Hernández



Llegaste  a la cumbre de mi corazón,
me sacudiste como  árbol de  frutos deseados
y caí en  dulzor de maduras  pulpas  en tu boca.
Soy  la canción de amor que prendiste en mis oídos,
el viento  lunar   de  tus  mareas
y  la estrella acunada en las orillas de tu pecho.
Allí  hechizo tus sueños  con golondrinas santiguadoras
de la amanecida  en sus picos  custodios.
No les  permito anclaje de raíz,
los entrego   a los seres del aire,
a los hijos de los violines y de las flautas.
Son arias de la   luz para la dicha,
cometas cabalgando entre nubes,
aladas simientes del espíritu viajando
entre  los vientos de la Tierra.



MARÍA TERESA BRAVO BAÑÓN, Poeta, Escritora y Educadora española, nacida en Alicante en 1954. Profesora del Instituto de Ciencias de la Educación de talleres de Creatividad literaria y divulgación de la poesía. Colaboradora de numerosas  revistas  literarias y pedagógicas. Fue  Coordinadora  de la Revista Literaria  Generación. Ha publicado: Sombras de la Razón, (Málaga 1981), con Prólogo de Dionísia García; Entre las Crines del Viento, (Málaga 1984); Liturgias del Crepúsculo, (1985); Invitación a la metáfora, (Marruecos 2005) con Prólogo de Juan Carlos Conde, Profesor  Medievalista  en  Bloomington, Indiana, Estados Unidos. Es un crimen  talar el almendro florecido, (Tarragona 2010), prologado por Ernesto Kahan Premio Nobel de la Paz 1985.