Jetzy Reyes Castro | Poemas Éditos e Inéditos con una presentación de Susana Cordero de Espinosa


Apenas intuiciones sobre «El tallo de Las Lunas» de Jetzy Reyes Castro


Irremediablemente, el texto de Jetzy Reyes contiene poesía difícil, hermética de puro familiar,  pero cumple aquello  que debe pedirse a la poesía: el arte incomparable de sugerir...  Lo leo una vez más  y compruebo de qué modo sigue llamándome lo que este libro encierra: su permanencia es obra de su belleza y su vigor.

Cuando en la lectura de un texto mi intuición me devuelve auténtica poesía -esta, indefinible, inefable (a ella ¿qué puede añadirse?)-  me resulta imposible ‘interpretar’ o ‘criticar’. En la intuición estética  se me evidencia que a la poesía le basta enunciarse; ella es el lenguaje:Más allá de lo que amamos, toda palabra es desecho...,  escribía Pound. 

Mi acercamiento escrito a El tallo de las lunas se basa en la certeza  de la comunidad de lengua entre la autora y yo, aunque la comunidad poética siempre esté por conquistarse, dado el particularísimo acto de creación que constituye. ¿Podré entrar en la realidad que la autora creó con sus palabras? ¿Descubrir el sentido de las imágenes logradas,    introducirme en alguno de sus infinitos significados superpuestos? ¿Dar algo más que una apreciación subjetiva de estos textos?  No. Sin embargo,  puedo contarme cómo cada verso de el tallo de Las Lunas resume una capacidad poética que traspasa el sentido de la palabra singular,   un lúcido -dolorido- trabajo para dotarla de otros significados; las palabras encuentran su ser poético tras su primer significado evidente,  al crear su contexto y ser recreadas por él en nuevos sentidos mutuos y en mutuas rupturas;  cada palabra,  cada imagen, ansiadas por las que las precede,  ansían la palabra y la imagen que ha de seguirlas en cadena de presencias y oposiciones que logran en nosotros nuevas formas de inquietud y silencio.

El tallo de Las Lunas viene precedido por el siguiente poema de Rimbaud:  

«En la casa grande / de cristales todavía chorreantes, / los niños de luto miraron / las maravillosas imágenes… / Desde entonces, / la luna oyó a los chacales / lloriqueando en los desiertos de tomillo, / y a las églogas en zuecos / gruñendo en el vergel. / Después, / en la arboleda violeta, retoñante, / Eucaris me dijo que era la primavera».

Cada poema  del libro  ha sido delicadamente elaborado;  no hay   que pensar en una división arbitraria de los textos en sus páginas, ni en un empleo de mayúsculas y minúsculas sin hondo cavilar; no es aleatoria su disposición física;  todo en el poemario,  espacios entre términos del verso; disposición numérica de las partes, número de poemas, ritmo, separación, división versal  se vuelve honda significación poética.  Se rompen normas para crear una propia normatividad en arduo ejercicio de libertad. En cada ruptura hay el protagonismo del misterio.

Las Lunas son las noches que engendran seres, uniones, desuniones. La Noche, La Luna de Huesos, metáforas oscuras, nos transmiten la oscuridad del ser. La vida es apenas un deseo doloroso: la nostalgia de lo que nunca será.  "escurrir en pañales Gestos trágicos…  ¡cómo quisieras que fueran ciertos / tu Madre  dios / Los Gatos y sus Siete Vidas!". Mas la palabra poética que aparenta esconder, des-cubre lo oculto. La realidad hacia la que creemos estar abiertos  se cierra a nosotros,  contra la apertura poética constreñida por la otredad que surge incontable desde cada yo.

La forma del recuerdo impulsa  la palabra con preguntas de siempre nunca respondidas. No  importa la respuesta, sino la insistencia en la pregunta; como importa la forma que dota a la palabra de poesía: ¿Quién ha puesto en nosotros, por ejemplo,  el amor por la belleza?, ¿quién vela mientras dormimos?; como escribe Jetzy: -“¿quién Es el sonámbulo: “que garabatea en nuestras Paredes ilusorias / algo sobre la gravitación de Los Cóndores?”...

Exclamar es interrogar: despiertas las seguridades,  encontramos en el poemario también imágenes terribles. He aquí una de ellas, en la cual está retratado Kafka con su Metamorfosis: "¿cómo dejar de Ser / la misma Cucaracha en la brea / desfilando con cintitas al cuello / respondiendo Sí   Sí   Sí?". 

Leído desde dentro, ¡qué bien se nos retrata!: nos reconocemos en los continuos síes que nos permiten estar a gusto en este mundo de liviandad y de contradicciones, quedar bien,  no comprometernos: ocurre que la poesía nos permite ver,  desde nuestras pequeñas ambiciones,  que es deseable dejar de ser este ser mutilado,   incipiente;   deseable ejercer nuestra lucidez recóndita para captar la propia alienación;  aunar la belleza y la música,   disponer de sonidos, colores y alegrías,  y destilar, a la vez, tan humanamente,  incertidumbre, tristeza...

En El tallo de Las Lunas sueñan la consistencia del lenguaje, sus secretos amenazantes… Sucesivas rupturas de  conciencia producen una sola conciencia rota: las palabras se suceden como imagen de esa conciencia de ruptura, testimonio de la infelicidad universal  y del imposible amor. Hay en estos poemas una autarquía hecha de la intuición del dolor de todos: en ellos estamos, nos miramos, somos, porque no hay autarquía sin participación. 

¿Dónde se formaron sus palabras? ¿En qué recodo de recodos múltiples en tiempo y en espacio encontró la poeta sus sujeciones y ataduras libérrimas? ¿Cómo se duplica en sus versos sin repetirse?; ¿en qué destino aprendieron sus voces a convertirse en cosas y a herirnos hondamente? Son una vida, un pasado, una historia. Esplendorosa prisión y soledad. Rito y mito profundos, retiro hacia una búsqueda que estalla para volverse más sola. Forma informe de sí, que informa de ella y de nosotros. Palabra que somos nosotros en el  no ser, el que hizo exclamar a Shakespeare con dolorido asombro: "Ser o no ser es la pregunta".

Memoria misteriosa, compromiso. Memoria de la nada que la eleva a palabra: destrucción del yo en el decirse para recuperarse en la nueva memoria de memoria.

Jetzy rechaza todo ornamento; la estructura de sus poemas es de  seca precipitación. Su palabra provoca al pensamiento, el pensamiento burla su palabra. Su experiencia de tan profundamente dicha es individual y universal, es suya pero nuestra. En ella sobreviviremos. Gracias a esta palabra desembocamos en La Palabra inesperada y fuerte, con la sencillez de la muerte y de la vida;  La voz  poética de El tallo de Las Lunas muestra que la realidad se ha vaciado, que no podemos persuadir ni dialogar; que estamos solos; por eso, tiene el peso terrible de la cosa: no es encuentro con el otro, sino separación. No hay euforia ni alegría, aunque haya en muchos versos milagrosos el gozo de los sentidos, escritos y vividos para ser consumados. Con estos poemas entramos, si nos atrevemos,   en el silencio de la propia  soledad, esa soledad ‘otra’, porque es la suya palabra que confiesa que,  aunque no es posible buscar el diálogo ni hay frutos en la comunicación porque no hay nada en común entre unos y otros, sino una realidad inexpresable que apenas se intenta fundar, el poeta sigue siendo, como lo quiso Heidegger, el fundador del ser en la palabra...

He aquí  dos o tres de sus poemas: en ellos,   la intuición de lo bello nos devuelve el contenido de la poesía:

“a veces Soy La Ciudad / Un Hombre con las manos en los bolsillos / alargado de norte a sur / parado en una esquina / silbando siempre la misma cantaleta”. O  “escucho un Grito al fin / irrefrenable / sórdido y vertical / corriéndose por mi lóbulo de loba //  “claro que algunos ya sin olfato / sospechan que Están muertos”. Y también “en esta virtual cripta que me contiene sustancial y absorta”.  

Y expresa la necesidad del  tú,  el amor, esa forma acerba de conocimiento, que también puede ser una forma feliz: 

“afíname Tú / que te elevas / sin sentirlo / sobre olas in excelsis dunas”: “afíname en el deleite / de sus turbados maxilares”.

Jetzy nos recuerda que es,  además de poeta muy seria, una seria música y cantante:

“lo mío Es / Escultura de Aire. // ya verás cómo mis rodillas / podrán sostener un agudo / en el grave cementerio // ¿has rastreado una herida así?

¿Los temas que colman su poemario?: dolor, amor, separación, muerte; hogar, quehaceres, mujer, café sin pan... “Es Nada La Imagen Es todo”/ autómata prende La Tele busca con el control un control un descontrol un algo ‘Nada’  lo apaga”. 

Volvemos a casa, volveremos;  repetiremos esta y otras noches los mismos gestos, mas quizá la poesía -ella sola- nos permita intuir el vacío de esos ademanes agónicos, hasta el  día en que ocurra el fin del fin...

Mientras tanto, "La vida es apenas un deseo: la nostalgia de lo que no será: escurrir en pañales Gestos trágicos…  ¡cómo quisieras que fueran ciertos / tu Madre  dios / Los Gatos y sus Siete Vidas!

El silencio de la propia  soledad:  reconocernos sin negarnos,  y entre unos y otros, la realidad inexpresable que los poetas intentan fundar; una vez más,  ¡poesía, fundadora del ser y del no ser,  en la palabra!..."

Susana Cordero de Espinosa
Directora  de la Academia Ecuatoriana de la Lengua
Correspondiente a la Española



Poemas Seleccionados 



De: Lluevo (1995)

colgada del hueso de la noche

1. 

picas mis dedos con mínimos gestos para que no escriba
y me complique en tu terno

saberte más abajo
aspiro de lejos tu piel tus venas tus ojos huidizos
el bálsamo que te envuelve tan leve crisálida
que aprieta sus dientes por no llorar y mojar sus alas

me conturban los huesos de tu cuello ocarina
cuello de aire raíz dulce de tu piedra

me descubro en la rabia que me da tu sonsonete
tu Henry Miller que masturbas

me cubre el manto celeste lleno de tu esperma
y soy casta succionando sus múltiples pliegues
desgarro la cáscara de tu celda eterna
doblo el hábito que abandonas cuando te pones los lentes

amo el humus de tu carne la piel de tu cerebro
tu aureola de médulas y flores inmortalizadas 


tu iridiscencia enmarca el cuadro de una mujer 
que acaricia a un gato

ganas de tocarte la corbata
para tocar mi alma de seda
puntiaguda
entonces quizá tus bragas fueran mías y así tuyas
sentirías que tu sexo es la razón del poder

de tocarte fálica en tus llanuras
mi alma es tu corbata


muchacho
higo tierno sin almíbar
el más grande de la higuera

lo dulce se quedó en tu andar y no me regresa

cuando el silencio era uno 
bullías en la sangre de mis muslos heridos
huyendo de mis piernas cada mañana
entraste en ellas como en tus libros
gozando el último segundo antes de la luz

buscándote me desencuentro en el grito que ahogas
tu voz no dice
tu voz no es
la toco cuando no hay olor


rema mi lengua el danzón de tus venas

suaves pálidos
peces cerca del fuego

sin labios
botón de mi rosa
botón de mi solEdad

enteramente rota
la flor se disuelve



Lluevo

jueguen con mi paladar                                                                                                                    
desbaraten mi osamenta con sus risas                                                                                                     
adivinen mi sombra

después de todo he sido esa perdida 
después de todo la nada me corroe                  
y preparo un delicioso locro de papas


lluevo retorcida desde las hojas al tallo

ya no estoy ni soy en mi vulva
sentí tiritar todo péndulo 
manecillas congeladas niñas girando locas    

camino solitaria  solitaria huyo  huyo deshecha
cruzo los pasillos de oxígeno en paredes en puertas
ruedan mis ojos de camilla regurgito en la agónica baldosa


agrio merodeas tras el cáliz de la alianza machacada
a los oídos de mi entrepierna
invades mi sonambulismo
conduces mis vueltas por su cintura bejuqueándolo por los pecados
tu niña asustada se abandona a la noche
confusa entre el amor y la venganza
y es la noche misma en batona
diluida perpleja cortada
entera como antes de tu semen
llorosa ante la idea del desamparo
siemprejamás me acompañas en el martillo los clavos el madero
ronco universo pesadilla de ases rotos


con alas rotas le silbas a tu organismo un tango
no hay en ellos candidez para pulseras
sus motores convulsionan el estatismo de las rosas
nadie espera tus manos en la orilla
mujer que sin vientre te conoces
cantando con trenzas ensopadas
destilas rulimanes peinetas escaleras
alhelíes calcetines guirnaldas alacranes
infértil sombra deslizándose acuchilla la luz
vertida en oscuridad su delicada
ellas en la estación pálida


bipolar                                                                                                                                                              
sucumbir a siete encantos?
isla de todo loco ceniza para ningún árbol
escapan de la regadera sonidos guturales
dedos de arpista tocan mi hipotálamo
me pones trajes negros me descalzas
fría mi cabeza se arrincona a tu costado
para entonces he desaparecido



De: El tallo de Las Lunas (2011)


te ha iniciado La Noche
la sorda Noche que destila vinagre en tus costados sucios

clarividentes siguen el rastro de La Luna de Huesos
Los Perros que olisquean la sangre de tu mutilada lengua

extrañas alfareras de garfios en la red
modelan Valdivias for export

algunos amasan Soles de Viento
y empeñan sus rayos de fertilidad

No puedes preguntar si también Otros tiemblan
con Los Niños de las alcantarillas inyectándose lodo


El Universo,  Domingo, 4 de abril del 2004

«La televisión por satélite árabe, mostró
imágenes de una niña saudita de diez años,
que acapara la atención de la comunidad
médica, atónita al observar a la niña
impasible y sin signos de dolor,
en el momento de expulsar, de sus negros
y profundos ojos, en vez de lágrimas,
piedras del tamaño de una alubia, emanadas
sin sangre desde debajo de sus párpados.»

Infantes en asilos coleccionan Palomas de Humo
escurrir en pañales Gestos trágicos
tender en cordeles con pinzas los gateos -

!cómo quisieras que fueran ciertos
tu Madre dios   
Los Gatos y sus Siete vidas!

                   ya sin ti serán los elementos

       

mientras recorres otro círculo de flagelación
La Boa enrosca amenazante tus dendritas

el más lúcido de tus camaradas
se adormece en La Calle
con las jeringas suspendidas en el iris

pero Tú acudes puntual
a la oficina de imágenes

a la cita con tu verdugo
La Memoria

y atraviesan nuevamente
esa avenida de Castaños lilas

- ¿probarás el contenido de esta cápsula?

Visión fugaz de
las manitas arrugadas
sosteniendo los barrotes
en los sifones de tu alma -
                       
-¿probarás el contenido de esta cápsula?



¿quién Es el sonámbulo
que garabatea en nuestras Paredes ilusorias
algo sobre la gravitación de Los Cóndores?

¿cómo esbozar
ese  Mural de La Ciudad implorante
dentro de mi cabeza de fuerzas?

¿cómo dejar de Ser 
la misma Cucaracha en la brea
desfilando con cintitas al cuello
respondiendo  Sí  Sí  Sí?

seguiré el rastro de La Luna de Huesos

ladraré
selva Sal en Los Tambores

ladraré
El Hada del Blues amándome con puñales tristes

supe que el adjetivo corrompe la lucidez de La Piedra


I


la sangre del Gris

a veces Soy La Ciudad
Un Hombre con las manos en los bolsillos
alargado de norte a sur
parado en una esquina
silbando siempre la misma cantaleta

No te dejaré ir
No me iré
impresionista insoportable
inaprensible
mía

cuestabajo Alcohol
Coca ascenso
agujeros
espectros terminales

Estoy al borde del Pululahua
atado
sin Fuego
sin poder aullar ni caer

ulula ulula



marcaron ese gemido en El Ombligo
a tempo  arrancaré con mis colmillos
La Carne voluptuosa del padecimiento

Sueño deconstruir El Pasillo
beber y vomitar su pócima de recuerdos
estrangular la garganta de su Contracanto
en donde se acentúa la morbidez

y apretar con mi lengua
apretar y apretar con mi lengua
sus cuerdas lacrimosas
raquíticas e irrompibles

escucho Un Grito al fin
irrefrenable
sórdido y vertical
corriéndose por mi lóbulo de Loba

Ula ulula


aburridísimo

aquí todo sucede tan  len  ta  men  te
con la prosa de Las Llamas
pero en un letargo Ideal

inexistentes 
en la opresión del Gris sobre las vestimentas

                     -¿debajo
                     el corazón?

                     -hummmmm......
                    sólo ramas de Niebla quebrándose

aquí todo sucede tan  len  ta  men  te

Algas se despeinan en Piedra
todo se va en el lecho
y El Fuego se disipa en canales umbríos

pero debes suponer
quizá tal vez
como le gusta a Cézanne
flotas en sus atmósferas

Somos los de un bosquejo a Lápiz
que alguien olvidó en Una Cantina

(claro que algunos ya sin olfato
sospechan que Están muertos
se  desesperan
y terminan sin rostro en una postal)


en esta virtual cripta
que me contiene sustancial y absorta

te contienen mis hemisferios
mi pavimento de Cerebros
el escaparate de Muñecas bizca
las colaciones que me faltaron
los placeres que derroché en segundos

Coro:  - hay que otorgarle sonido para que cante
            El de venas agotadas -

en este Lunes la gente No Es Gris
Ellos trabajan
se mueven 
esperan
las corolas jamás anochecen
sólo alguna vez se cierran y punto

cuando me ves dentro del tobillo
con tus dátiles jungla
parece que todo Es rojo
y huele a mojado
que No odio


desearía 
Los Cafés derramados en ajenas Oberturas
el No acoplamiento de las gónadas

te diría inventa un cauce
llora

cae conmigo
enterrémonos te diría

en este Lunes la gente No Es Gris


todo se postergará
¡el uso del Viento No!

apenas Lluvia deshace mis hilachas 
como cuando a los Siete años olvidé en una tienda
el mandil al degustar los confites

Cóndores sobrevuelan mi Cama esqueleto
envuelta en sábanas de fuerza
la humedad cubre mi endometrio de un Musgo macilento

la mañana sumergida sin aletas enfrenta a Cocodrilos

en La Instalación de nichos se exponen médulas-

Los Niños quieren un poco de alegría 
sobre mis hombros torpes
pero Ellos todavía rematan los nudos

estallido de Címbalos -

El Café me da cuerda
La Poesía su látigo de seda

sin embargo
insiste el repiqueteo de Soles en Madre

plato y taza volteados
Partituras de ajo
maquillaje en mis húmeros

ni azul ni rojo -

Ente inútil sin Juegos
acumulada sin desenlace

¿seré Laguna?

                                  salta una vena más
                    Es cuando se inclina la tarde del Ser

     
tubo de ensayo

Nervaduras se entrecruzan en el vaho asfáltico
flujo audiovisual se cuece en La Vasija de Barro

nos miran dentro del microondas
las pupilas de la pequeña muerte

deambulantes 
en las cámaras frigoríficas pisamos
las inyectadas aspas de los ángeles

Canciones de cuna se desmayan sobre El Vacío
dodecafónicos anuncian plumas envenenadas


Es menos que pálida cinta
satinada
inmutable

errante
y sin embargo inmóvil
pálida e inmóvil

fría su boca y el zaguán de sus encías

cemento esófago
dormitorios de cabeza helada

húmedos cajones de dulces

volátiles enaguas de Viento la relamen

los alados salen de las madrigueras
sin origen
sin Acto



de asfalto
Agosto Yo

albricias
Escenarios
monotonía anual

afiches tatuados en mi plexo

cabezas de agujas
peleles en hamacas
Libros almohadas

in vitro 

pieles frescas que descubren
el fulgor de Madres en Montaña

y la vejez 
lo colgante
el humillante uso de su máscara

Niñas canosas archivan adioses
en el filtro inexacto de las manecillas

de asfalto
Agosto Yo

¡al fin Soy un tubo de ensayo! 



Inédito (2016)


I


cuando tus dedos pasean por mis vestíbulos
ya hemos cruzado todas las infra realidades
y llegado al Volcán

inútiles construcciones y husos horarios
La Nada se recuesta en nuestro ombligo
e interminables capas de pavimento mental
caen estrepitosas al décimo círculo

cultura de lo absoluto
ánfora infame
donde depositamos desgastados
todas las mentiras todos los edificios
y anillos y espuelas y nudos
y tardes sin Vino
ni Pan ni piel que morder

inevitablemente todo lo humano se corroe

la realidad así desdibujada
dibuja otra realidad de círculos abiertos
No hay distancia dantesca

-"vamos a descansar"

Yo te sonrío
y nos sumergimos en El Huerto del Edén

semidormida y plácida
en ti solo en ti
el alado
que danza desnudo sobre mi satín

tu sed No saciada
vacía mi jarra fluvial

-"todo menos la saciedad"
- Está muy bien y te desabotono la camisa

tu lengua en mis labios menores
se desliza hacia mayores gracias
y mientras te abro las piernas
mi corazón exclama melodios azules

pleamar de tu faro lechoso
ilumina el presente de mi grávida Isla

subyugada en tu bálano
No entiendo el amor fuera del cuerpo

La Carne crece en La Carne
comiéndonos
con gotitas de sangre
calcados en Blanco y Negro
por las sábanas
para Silencio de Pájaros.






JETZY REYES CASTRO, nació en Quito, en 1964. Poeta y cantante ecuatoriana. Estudió Letras en la Universidad Católica. Cantautora finalista en dos festivales OTI. En el año 2002 participa como cantante y escribe canciones en la Cantata a Legarda, texto de Hernán Rodríguez Castelo, música de Abdullah Arellano. En poesía ha publicado Lluevo (1995); El tallo de Las Lunas (2011). Representó a Ecuador en el encuentro internacional «Poesía en Paralelo Cero» (2015); integró la delegación oficial de Ecuador en la Feria Internacional de Literatura de La Habana (2014). Ha publicado su CD «Valdivia Blues», trece canciones con arreglos propios. Actualmente trabaja en la publicación de dos nuevos libros y dirige el Laboratorio Musical de Quito, del cual es su fundadora.